El campo colombiano está lleno de historias de trabajo, esfuerzo y superación dignas de contar para que sirvan de inspiración a las nuevas generaciones.
Hoy, les quiero contar de una historia para resaltar, la de mi amigo don Jacinto Niño, un charaleño de 62 años que llegó a las tierras araucanas hace más de 40 años, en la llamada colonización del Sarare con ganas de devorar el mundo a punta de trabajo honrado para consolidar su familia.
Jacinto en su parcela no solo ha cultivado plátano y cacao, sembró la esperanza de crecer en él, culminó la primaria y la secundaria y está próximo a graduarse como agrónomo y ya con certificación BPA del Minagricultura.
Todo este conocimiento adquirido lo aplicó en su Finca La Papayera, en Isla del Charo, Saravena y los resultados no se hicieron esperar: la calidad de sus productos mejoró ostensiblemente y la comercialización se disparó.
Y eso no es todo, desde hace 20 años también obtuvo un reconocimiento de Corporinoquia por un sistema agro forestal que posee, entre las que se destaca una plantación de más de 2500 árboles de pardillo con 18 años que perfectamente pueden representar más de 1000 millones de pesos. Eso sin contar cedros, laureles entre otros.