Desde lo más profundo del dolor colectivo, el gobierno departamental, a través de su Oficina Asesora de Paz y Convivencia, lamenta y condena con total contundencia el vil asesinato de ocho araucanos cuyos cuerpos fueron hallados en una fosa común en zona rural del municipio de Calamar, Guaviare.
Estas personas, como tantos otros en nuestro territorio, habían salido huyendo de la violencia, abandonando sus tierras, sus familias, su historia, con la esperanza de un nuevo comienzo en otra región del país. Lo que encontraron, tristemente, fue la muerte en manos del mismo conflicto del que intentaban escapar. Morir por ser araucano —por llevar sobre los hombros el estigma injusto de pertenecer o simpatizar con grupos armados— es una tragedia que hoy clama justicia.
Este pronunciamiento, es el grito ahogado de un pueblo cansado de cargar con los rigores de una guerra interminable, que no cesa ni en la distancia. Es inadmisible que aún hoy, en pleno siglo XXI, se condene a nuestros ciudadanos por el simple hecho de haber nacido en Arauca. Rechazamos rotundamente la estigmatización que pesa sobre nuestra gente, la misma que los obliga a huir y los persigue hasta hacerlos desaparecer. Pedimos con urgencia un cambio de narrativa, una mirada más justa y humana. La paz no puede construirse mientras sigamos usando etiquetas que deshumanizan y sentencias sociales que condenan sin juicio.
Hacemos un llamado urgente a todos los sectores políticos y sociales del país, especialmente a quienes dicen querer defender a este pueblo, a que dejen de usar lenguajes incendiarios que alimentan el odio y el señalamiento. La paz comienza por el respeto entre quienes compartimos territorio, por reconocernos como iguales. No podemos exigir al resto del país que no nos estigmatice si entre nosotros mismos perpetuamos ese estigma.
Finalmente, insistimos en el llamado urgente al Gobierno Nacional para que actúe con celeridad, contundencia y compromiso ante esta tragedia y frente al abandono histórico que ha sufrido nuestra región. La vida de cada araucano debe dolerle a toda Colombia.