Conmovido por situación de centenares de familias que viven en condiciones de pobreza se mostró el Gobernador. Dijo que ha sufrido en carne propia este doloroso drama
Visiblemente conmovido por las condiciones casi infrahumanas en que viven muchas familias en Arauca, se mostró el gobernador encargado, Wilinton Rodríguez Benavidez, al hacer entrega de más de 550 subsidios para mejoramiento de vivienda en la capital araucana.
“Se cuánto sufre una madre y un padre cuando trata de ofrecerle las mejores condiciones de vida a sus hijos, y por ello en esta oportunidad que nos brindó la vida pensamos en entregar subsidios de vivienda para los más necesitados”, sostuvo el mandatario en el acto de entrega de las cartas a los 554 beneficiarios.
Nos enorgullece que el esfuerzo y compromiso del equipo de gobierno en estos cinco meses en la administración departamental permitan mejorar la calidad de vida de cientos de familias araucanas”, añadió el mandatario, quien hace apenas cuatro días presidió el sorteo de los 132 apartamentos del programa de vivienda Laureles II.
Nos emociona que nuestro esfuerzo y compromiso para asignar en tiempo récord 554 subsidios familiares de vivienda en la modalidad de mejoramiento hoy sea una realidad para los hogares que más lo necesitan. Doy gracias a Dios por darme esta oportunidad de ayudar a mi Departamento”, exclamó el Gobernador con lágrimas en sus ojos.
Al recibir las cartas de asignación de manos de la Gestora Social, algunos secretarios, diputados y concejales que fueron invitados al evento, los beneficiarios se contagiaron de la emoción expresada por el Gobernador y al momento de recibir dicho subsidio que les permitirá mejorar sus humildes viviendas no pudieron ocultar su satisfacción.
Y es que se trata de una revolucionaria política de vivienda, pues también en sus cinco meses de Administración Rodríguez Benavidez logró desempantanar la nueva etapa de Laureles, que se diseñó desde el 2014 y por razones desconocidas no se había ejecutado, mientras sus beneficiarios esperaron pacientemente durante ocho años.
